Kathleen Fournier es una adolescente de 16 años que lleva una vida normal, con lo que estaba más que conforme.
Sin embargo, un día comienza a ver a un extraño chico de ojos ambarinos, a quien nadie más podía ver aparte de ella. Su peor error fue seguirlo; terminando en las profundidades del bosque.
Cuando por fin lo encuentra, se ve arrastrada a un mundo en donde la esperan dos cosas: ganar, o morir.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Pausa de capítulos

¡Hola! Voy a hacer esto bastante corto. Realmente no podré sacar nuevos capítulos debido a que estoy renovando tooooodo, ya que los anteriores capítulos me quedaron demasiado mal, y además, los nuevos capítulos no tienen nada que ver con los primeros que escribí. Es decir, la trama y varias situaciones que tenía planeadas serán casi las mismas, la trama se mantiene, pero demasiado cambiada, tanto en la forma de escribir como varias o, mejor dicho casi todas las situaciones.
En cuanto termine de reescribir todos los capítulos, comienzo a sacar nuevos.

sábado, 20 de junio de 2015

Capítulo 1 renovado

¡Gracias, Dios! Ya terminé con el primero. Me moría de ganas por actualizar, así que me quedó medio corto. Igualmente creo que está bien, me gusta como quedó.
Al contrario con el anterior capítulo 1, no aparecerán Mike ni Olivia (hermano biológico y madrastra de Kath), pero sí que se los nombra. Si ya habían leído el capítulo antes, recomendaría que lean el capítulo renovado, porque no tiene nada, NADA que ver con el de antes. Lo mismo digo con los capítulos que actualizaré luego. Hasta a mí me daría pereza de volver a leerlos, pero si no, no habría manera de entender los capítulos futuros.
Definitivamente me quedaré con la tercera persona. Me gusta mucho más que la primera, sin duda. Sin más rodeos, pinchar para ver el capítulo, si desean:


RENOVADO Capítulo 1 "El robo".

También he rediseñado el blog, los colores que tenían me cansaban mucho la vista. Lo he hecho un poco más oscuro, pero conservando el color y sin que quede demasiado oscuro. Y he agrandado la letra cosa que se pueda leer mejor ^^ O soy yo la que no ve nada </3

lunes, 25 de mayo de 2015

Renovación de primeros capítulos y cambios en la narración

¡Hola! Decidí decir por qué no vengo publicando el próximo capítulo. Lo que sucede es que lo tengo listo, pero necesito reescribirlo por una modificación que planeo hacer (además de reescribir los primeros 3 capítulos, cosa que ya había dicho en otra entrada, si no mal recuerdo): a ver, últimamente me siento muy incómoda escribiendo en primera persona, al principio me resultaba más que fácil, ya que cuando empecé a escribir leía sobretodo libros en 1a p. . Por eso es que quería decir que a partir de la parte 2 del capítulo 9 la narración será en 3a persona. Me siento más cómoda así, y me parece una buena opción cambiar esto ahora gracias a la poca cantidad de capítulos que vengo subiendo.  Publico esta, una de mis historias en un blog por el simple hecho de tener la opinión de algunas personas para poder mejorar, y también generar algún sentimiento en quien lea, ya sea hacerlo/a reír, tristeza, alguna sonrisa o como me suele pasar a mí, aferrarme a un personaje ♥ >///< (aunque jamás me ha sucedido con alguno mío x') )
Por otro lado, también quería decir que tengo poco tiempo para escribir. Las clases me quitan demasiado tiempo y solo los fines de semana llego a escribir un poco, además de que tengo actividades fuera del ámbito escolar. Y además estoy trabajando en una nueva historia, que si algún día la llego a publicar será dentro de unos dos o tres años. comentario random que a nadie le interesa, ignoren esto último. Me entretengo más con esto que con mi querida Kathleen, lo admito JAJAJAJAJA. (no se malentienda, que la adoro ehculpa mía que la hago poco divertida, ngh)
Espero que estos cambios no molesten y les mando un beso.

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 No me gusta hacer spam, peeeeeero... Si tienen un poco de tiempo, podríais daros una vueltita por esta hermosa revista <3 : Revista Vorágine 

lunes, 9 de febrero de 2015

EDE: Capítulo 9 (Parte 1): Nos marchamos.

El frío colmaba la sala. Se podían escuchar escalofriantes susurros en la oscuridad, de las almas en pena que merodeaban por el lugar, pidiendo justicia, más no la conseguirían con un par de palabras, las cuales casi nadie lograba escuchar. Aquellas voces eran como una melodía molesta para ella.

—No puedo creer que me hable de esa vulgar manera. Si se atreve a…
—Ya basta.—resonó una voz impertinente, creando un eco por toda la sala.

La mujer se hizo dos pasos hacia atrás y se dio la vuelta, quedando inmóvil. Levantó una ceja, y abrió sus ojos, siempre llenos de oscuridad y amargura.

—¿Osas decirle eso a la reina de las tinieblas de Amestris?—dijo con una voz que parecía provenir del más allá.
—Todas las veces necesarias, madame.—sonrió pícaramente, dejando ver su afilado colmillo.

Ella se sacó la capa, dejando ver un rostro blanco de facciones casi perfectas y una cabellera rojiza que caía delicadamente por su espalda. Se creó un frío silencio en el salón, mirándose a los ojos el uno al otro. El hombre fue quien rompió el silencio finalmente.

—A veces no entiendo por qué haces esto—se atrevió a decir. Estaba claro que buscaba enojarla.

La mujer resopló.

—Lo digo en serio, ¿qué ganas con eso?
—No te interesa.—le bufó aquella aterradora mujer.— . Y para que sepas, ya tengo un nuevo plan.
—¿Ah, sí, “reina de las tinieblas”?—rió burlonamente—¿No me lo dirás, supongo?

La mujer lo miró de reojo, y soltó un resoplido.

—La última vez que quise hacer un plan lo estropeaste.—escupió aquellas palabras con desprecio.
—Qué fácil es tirarle de la lengua, madame.—los ojos de la mujer estaban a punto de explotar.— Escúchame, si de verdad planeas tener éxito, cierra esa boquita tan hermosa que tienes.—dijo desafiante, acercando su rostro bronceado al de ella, blanco como la nieve recién caída del cielo, quedando el uno cerca del otro.

La tenebrosa mujer frunció el ceño. Eso ya definitivamente la sacaba de sus casillas. El hombre se dio la vuelta, dirigiéndose para las escaleras, dispuesto a regresar a su habitación.

¡Atenis glacyal!—gritó, lanzando una fuerte ráfaga de magia negra desde sus manos, la cual se dirigía hacia el hombre.
Reverseint.—dijo tranquilamente, sin darse la vuelta si quiera.

La mujer de los cabellos rojizos se vio arrastrada por un viento, quedando pegada contra el muro, con unos hielos grises amarrándole las muñecas en el propio muro de piedra. Aquel imbécil de los colmillos había dado vuelta el hechizo a su favor. Éste último tampoco se dio la vuelta, solo dijo unas palabras tranquilas antes de subir por las interminables escaleras.

—Conmigo no tienes competencia, Dinorah.



Un nuevo sol se alzaba en la mañana, tan resplandeciente como un ópalo en bruto. Los rayos de aquella majestuosa estrella iluminaban la habitación, anunciando un nuevo día.

—¡LEVÁNTATE, HOLGAZANA!—gritaba una energética voz chillona, la cual casi parecía de una niña.
—Ya… voy…—dije tapándome con la fina frazada que tenía, rellena de algunas plumas de dodos, flamencos, y quién sabe qué otra alimaña.
—¡Le-van-ta-te!—seguía insistiendo Lilly, dándome un almohadazo por cada sílaba.
—¡Ya vale, Lilly!—dije mientras espabilaba, en un tono notablemente cansado.—¿Cómo puedes estar tan energética?—pregunté— Anoche nos dormimos demasiado tarde.

Lilly me miró unos segundos, con un brillo de emoción en los ojos.

—¿Sabes? Ayer hice una escapada.—dijo sin contestar a mi pregunta, con una sonrisa un tanto malvada.
—¿Te has salido al bosque?
—¡No! —dijo sacudiendo la cabeza— Digamos que bajé y exploré un poco esta… ¿casa? Bueno, no sé qué es exactamente.
—Yo tampoco puedo decir qué es esto—reí— Entonces… ¿Encontraste… algo “interesante”?—pregunté en voz baja.

Lilly abrió la boca para decir algo, pero no salieron palabras de sus labios, ya que de repente se escuchó un agudo chirrido. La puerta se abrió, dejando mostrar a una chica de cabellos ondeados y rubios, y unos preocupados ojos marrones. Sin embargo, nos habló en un tono muy animado.

—¡Escuchen! Empaquen lo que necesiten; ¡nos iremos en unas horas!—dijo señalándonos con el dedo índice.— Y en lo posible que no sean muchas cosas. ¡Avísenle al pequeño Denys también!
—… ¿A quién le dices pequeño…?—dijo Daniel, apareciendo detrás de ella, ésta última le pasaba unos cuantos centímetros más arriba. Se veía un poco molesto.

Elisea se giró,  tomada por sorpresa, con una sonrisa en los labios.

—¡A ti!—dijo riendo alegremente, poniendo su mano en el hombro de Daniel.
—¡¡¡Y que me llamo Daniel, no Denys!!!—chilló enfadado, sacando la mano de la rubia de su hombro.
—Denys te queda mejor.—comentó  sonriendo, lo cual provocó que mi amigo se cabreara aún más.— Vale, vale, ya paro. Lo siento.—dijo aún sonriente, y sin más, le revolvió el cabello y se fue.—¡Por cierto, dense prisa si no quieren que Jacob se enfade!
—Tú eres el edificio aquí.—masculló Daniel por lo bajo, sin que la rubia lo escuche.— Entonces… —dijo dirigiéndose a nosotras— ¿haremos un viaje o algo así? Es lo único que logré escuchar.
—Eso parece—asentí—, pero no tenemos ni la más mínima idea de a dónde iremos.

Daniel volvió a adoptar ese malhumor de hace unos segundos.

—¿Qué? ¿En serio?—gritó— Les dicen que nos iremos, ¿¡y no preguntan a dónde? ¡Tienen que ser…!
—¡Ya cálmate!—le dijo Lilly— No sé por qué estás de tan mal humor, pero ya vale.

Los dejé discutiendo y me centré en guardar varias cosas en mi mochila. Como Elisea nos dijo que no llevemos demasiadas cosas, elegí lo básico. Algo de ropa, vendas y medicamentos que traje, y…
Metí mi mano en la maleta que traje al traer todo antes de partir a Desideria. Mis dedos rozaron ligeramente algo, pero no supe que era. Cuando me vi la mano, tenía polvo. Tomé el objeto, y lo saqué rápidamente. ¡Era el libro que saqué de mi casa! “Antharas Lithuaras” se leía con un texto que parecía ser de oro, opaco por la suciedad. Un libro extraño, viejo y pesado lleno de polvo y telarañas, el cual no podía abrir desde que lo tomé.
La pregunta es si debería llevarlo. No sabía cuánto tiempo nos íbamos ni qué tan lejos. Me quedé unos minutos pensándolo, y al final me decidí por llevarlo, ya que me puede ser útil en algún momento, pero, cuando estaba por guardarlo en mi mochila, Daniel me preguntó:

—Eh, Kath, ¿qué es eso?

Abrí los ojos de par en par, pensando en una excusa. Demonios, me olvidé de que estaban ellos dos en la habitación. Tuve el libro demasiado tiempo en mis manos.

—¡Na-nada!—dije, guardando el libro rápidamente en mi mochila— ¡Solo es un libro! ¿Podéis creer que lo encontré en el… el… el sótano? Le quise jugar con Mike una broma a Melanie, así que se lo quitamos y lo escondí en mi armario. Seguramente se cayó en mi maleta, ya que la escondía… allí…

Me quedé mirándolos unos segundos fijamente. Espero que haya sido creíble. No me gustaba tener que mentir, y no era buena en ello, pero algo me decía que no debería saberlo nadie aún.

—…¿Por qué titubeas tanto?—preguntó desconfiada Lilly, alzando una ceja— ¿Te sientes bien?
—¿C-Cómo? ¡…Sí, claro, estoy perfecta…mente! —dije algo nerviosa. Carraspeé— Vamos, vamos, empaquen lo que necesiten, que si tardamos Jacob se enfadará.—reí nerviosamente. Lilly y Daniel se miraron de una extraña manera.



—Bueno, ya que están todos aquí—dijo parándose del pequeño sillón en el que se sentaba, el cual estaba al lado de una mesa con varias piedras preciosas.— seguramente se preguntan por qué nos vamos de esta… de esta área. Nos dirigimos a otro lugar, ya que en realidad, este no es nuestro hogar.
—Tampoco tenemos uno.—apuntó Elisea.

«Espera, ¿qué?»

—En cuanto a ti, Kathleen—Jacob se paró y me miró con el ceño fruncido—, tendrás un entrenamiento intensivo con Elisea durante el viaje, y si tenemos suerte, habrá otras personas de mayor poder que te enseñarán nuevas habilidades. Intentaremos descubrir tus poderes y los secretos que éste alberga, y ten por seguro que no será una tarea fácil, especialmente para ti.—carraspeó— Esto que diré ahora va para todos. A partir de hoy nos esperan incontables peleas, enemigos, heridas y ojalá Dios quiera que no, muertes—Daniel y Lilly se sobresaltaron al oír esto último—, esto no es como en el mundo de los humanos, no hay tanta paz como en la vida cotidiana, estamos en guerra, se derrama sangre, aunque no se quiera. Deben estar preparados.

Tragué saliva. De repente alguien se puso detrás de mí y me habló al oído.

—¿Tienes miedo?—preguntó sonriendo Demian.
—N-No.—me alejé dos pequeños pasos de él, sintiendo cómo la sangre se me subía por las mejillas.

Jacob hizo ademán de continuar, pero Elisea le interrumpió, haciendo que él la mirara de mala manera.

—Una de las claves más importantes para tener éxito—dijo— es pasar por arriba del miedo. Recuerden que ser valiente es afrontar sus peores pesadillas, o incluso los terrores más pequeños, aunque sientan miedo. Ese es el único momento en el que se puede ser valiente.
—Habíamos quedado en que…—comenzó a replicar Jacob, pero Allison le interrumpió.
—No hay tiempo para sus peleas, será mejor que vayamos saliendo, o los guardias nos echarán de una patada.—dijo frunciendo el ceño.

Todos seguimos. Fuimos afuera, donde los gemelos nos esperaban con ojos curiosos, y Neska jugueteaba ansiosa con unos insectos que volaban. Kero y Aidan insistían en querer ir, pero Allison, Jacob, Demian y Elisea decían que ellos se debían quedar. Neska se iría con nosotros. Antes de irnos, la tigresa les dio un chupetón en la cara a Aidan y a Kero. Luego siguió a mi lado todo el tiempo, mientras dejábamos atrás a los elfos.

—¿Por qué no vas arriba de Neska?—me preguntó Allison
—No quiero que se canse. Cuando necesitemos correr, ahí si.—respondí con una suave sonrisa, mirando a Neska.

A decir verdad, me dolía un poco el hecho de tener que dejar a Kero y Aidan allí, pero estaba completamente segura de que los volveremos a ver algún día.

—¿Cuánto tiempo nos vamos?—preguntó de repente Lilly a Demian.
—El suficiente.—respondió Demian con una encantadora sonrisa, haciendo que Lilly casi se quede con la boca abierta. Se rehízo inmediatamente.
—No es muy precisa tu información.—replicó, mirándolo de reojo.
—Bueno, señorita Lilly, si le soy más preciso; no lo sé.—dijo aún con su sonrisa. Lilly bufó, pero luego comenzó a reírse con una voz un tanto fina, mirándolo por el rabillo del ojo.

Me preguntaba si durante este viaje encontraré la llave… o lo que sea que abra el libro que encontré en esa extraña habitación, oculta en mi casa. Tenía demasiadas preguntas, de hecho, todo lo que estaba pasando me mareaba tanto que incluso me costaba entenderlo. Hubo muchos sucesos, y ya casi me parece un recuerdo lejano mi anterior vida, en el mundo de los humanos. Incluso llegué a pensar que era un sueño, pero no era así. Mi vida en realidad pertenece aquí, como dijo Fredrik, y realmente aún no sabía mi verdadero objetivo en este lugar… Siento que hay algo que tengo que encontrar… Pero no sé qué o quién es.
El trayecto durante el viaje era demasiado agotador. Caminamos durante horas, y yo, Daniel, Lilly y Allison éramos los únicos que se veían cansados, en cambio, Elisea, Demian, Jacob y Neska estaban de lo más bien. Neska me miró, y en sus ojos se veía un poco de preocupación. Me levantó el brazo con su enorme cabeza.

—Quiere que te subas en su lomo. —me dijo Allison, sonriéndome.

Reí. Neska seguía insistiendo.

—¡Ya, Neska, me haces cosquillas!—dije mientras reía. Lilly y Allison me ayudaron a subir al lomo de Neska, ya que al primer intento me caí. La tigresa era ya demasiado grande.—¿Crecerá aún más? Porque si es así, estaré en problemas. —dije riendo, ya arriba de su lomo.
—¡Para tu mala suerte, sí! Ahora es solo un cachorro todavía. —dijo Demian.
—Pero el lado bueno es que cuanto más grande sea, se convertiría más fuerte aún, y eso da ventajas —intervino Elisea en la conversación— ¿No es cierto, Neska? —dijo acariciando la cabeza de la tigresa, y esta última respondió dándole un cabezazo amistoso. Elisea se llevaba muy bien con todos los animales. Sonreí ante eso.

Me di cuenta de que Jacob no prestaba atención absoluta, y no habló en todo el camino. Allison también lo advirtió, por lo que fue al lado de él y le habló.

—Jacob, ¿te sientes bien? No has hablado desde entonces.
—No molestéis, debo estar concentrado en el camino, no falta mucho para llegar.
—¿A dónde iremos?—le pregunté, a lo que él me respondió con un bufido. Ya me lo esperaba. Aparté la mirada.
Finalmente se resignó a responderme.

—A un campamento. Allí nos acogerán por unos días. O uno solo.—respondió de mala gana.
—Me siento como un mendigo—replicó Daniel, a lo que Lilly, Allison y Demian rieron.

Luego de un rato de risas, de repente un rugido resonó por todo el bosque, callando todo ruido que pudiese haber en ese lugar. Todos se quedaron mudos. El rugido era tan intenso que todos nos tuvimos que tapar los oídos, y, en cuanto se calló, Jacob se puso a mirar por todas partes.

—No se muevan.—dijo en apenas un susurro, casi ininteligible.—  Y por lo que más quieran, no hagan ruido.—frunció el ceño.

Sin embargo alguien no hizo caso a sus palabras. Un sonoro grito de ayuda se escuchó detrás de mí, pero no fue de nadie de nuestro grupo en particular. No era de una mujer, el grito era más grave, sin duda era un hombre. Nadie se dio la vuelta, estábamos todos quietos y callados, como nos indicó nuestro “comandante”.
Nadie se inmutó, aunque Elisea hizo ademán de voltearse a ver qué pasaba, pero Jacob la miró de tal manera que inspiraba miedo. De repente sentí un olor asqueroso detrás de mí. Hice todo lo que pude, pero no lo soporté más, así que me di la vuelta, y me encontré cara a cara con la bestia.

Lobo bestia de dos cabezas.


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¡Hola! Sorpresa ^^ Este capítulo lo tenía planeado subir el 14 de febrero San Valentín, pero como lo terminé antes, decidí subirlo. Regalo adelantado (: ¡Espero que les haya gustado! Voy a empezar con la parte 2 cuanto antes.
Un beso.

domingo, 7 de diciembre de 2014

EDE: Capítulo 8: Falsa alarma.

[¡AVISO!] ¡¡Ando cambiando los puntos de vista!! Ahora aquí empieza en tercera persona, pero luego cambiará a primera persona, narrado por Kathleen, igual que siempre. Voy a poner algún signo cuando cambie. O simplemente dejaré un gran espacio. Gracias (: [¡AVISO!]

—Oye, ¿qué es eso?—preguntó interesado.
—¿Tú qué crees?—dijo mirando de reojo, con sus gafas de secretaria. Pero el otro muchacho ya no le prestaba atención.
El joven de los ojos grisáceos y cabello avellana giró la cabeza, mirando de costado hacia el otro elfo aprendiz, quien miraba varios libros de tapas viejas y hojas rasgadas y amarillentas, un poco manchadas.
—¡Mira eso!—chilló la infantil Lilly, al ver una criatura pequeña parecida a un perro, de ojos enormes y celestes brillantes como el cristal, pelaje beige y garritas afiladas.— ¡Lo quierooo!
—Es verdad que es muy tierno—dijo Kero— , pero solo de aspecto ¡ja!
<<¿A qué se refiere?>>—pensaron Lilly y Daniel al mismo tiempo.
—¿Cómo se llama?—preguntó Daniel— O sea, la especie.
—No lo sé aún. La creé yo mezclando dos razas, pensando que saldría algo enorme, pero realmente me decepcionó. Desde aquel entonces nunca volví a experimentar con criaturas, además de que estaba prohibido.
—Ajam…—se escuchó la voz de Elisea— ¿Qué has dicho?
—Na-¡¡¡Nada!!!—gritó el elfo.
A lo lejos se escucharon unos gritos. Todos miraron hacia atrás, y se la veía a una chica de cabellos castaños claros bastante largo, unos resaltadores ojos verdes y, a su lado, una tigresa blanca colosal, con dientes de sable y unos ojos celestes resplandecientes. Estaba claro que era Kathleen y Neska, que la primera andaba necesitando una ‘ayudita’, ya que iba siendo arrastrada por la bestia, que iba jugueteando por todas partes, destruyendo varias plantas y árboles a su paso.
Ahora mismo, se dirigía hacia ellos. <<¡REACCIONEN!>> Gritaba por dentro Kathleen, pero los presentes no hacían más que quedarse mirando la escena. Pero por fin, la primera que espabiló fue Elisea, y en acto reflejo se metió dos dedos a los labios y, luego, chifló. La bestia lentamente se fue calmando, y por fin, cansada de tanto correr—pero con aún un brillo de entusiasmo en los ojos—, se acostó en el pasto, agotada. Kathleen suspiró y dejó caer su cabeza al suelo, agotada también, respirando agitadamente.
Elisea se quedó mirando, al igual que todos los presentes. Luego, comenzó a reírse, seguido de una carcajada de Daniel y otra de Lilly, y los gemelos simplemente sonriendo.
—¿Qué fue lo que paso?—dijo entre carcajadas. Kathleen levantó la cabeza, con la cara llena de tierra y hojas, y la miró.
—¿Realmente quieres saber?—respondió entrecortada.— Parecía tener hambre, así que le di que comiera unas fresas de una planta que vi por allí…
—Pero si no tenemos fresas…—dijo Aidan.
—…Luego se enloqueció y me llevó a rastras por medio bosque.—dijo refunfuñando.
Elisea seguía riendo como loca, hasta que se calmó por fin.
—Ven, límpiate la cara de una vez. Realmente sois desastrosos—dijo riendo, levantándola del suelo con un tirón de brazo.— Espera, no. Mejor quédate ahí.
Kathleen no entendió muy bien, pero hizo lo que le pedía. Elisea fue caminando tranquilamente—y sospechosamente— hacia el bosque del al lado, y allí desapareció. Todos —Kathleen, los gemelos, Lilly y Daniel— se miraron hablándose con la mirada.
Luego volvió, con un trapo (o más bien un trozo de tela) y un balde de agua. Pero… ¡pero si no era Elisea! ¡Era Jacob! Ni rastro de la rubia. Él se dirigió a Kathleen con la misma cara de siempre.
—Tienes la cara llena de tierra. Eres ridícula.—dijo sonriendo con ironía.
Lo primero que Kathleen le dijo (y que todos preguntaron al mismo tiempo ) fue:
—¿Dónde…?
Splash. Un baldazo de agua en la cara, y justo la protagonista de esta historia tenía los ojos abiertos. Con el cabello y la ropa totalmente empapados, abrió los ojos. ¡Estaban terriblemente rojos, y sentía mucho ardor!
—¡ESPERA QUE TE ATRAPE!—dijo hirviendo de rabia. Los ojos mágicos son muy sensibles al agua, o cualquier líquido que se les eche. Es la única debilidad de los ojos mágicos. Aunque, probablemente…
—¡Oye! ¡Esta camisa es de marca, qué te crees tú! ¡¡¡Esto es Mon Cheri!!!—exclamó Daniel indignado al ver que con tal baldazo de agua le mojaron su camisa.
Se escuchó una carcajada queriendo salir de la boca de Lilly y Kero. El miedo se reflejó por un mínimo instante en los ojos de Jacob, quien salió corriendo ante la furia de los ojos verdosos. Kathleen le persiguió, pero no pudo atraparlo, desgraciadamente para ella, y afortunadamente para Jacob. Kathleen se cansó en muy poco tiempo que llevó corriendo. Agotada, se sentó en el suelo, enfurruñada por no conseguir su objetivo.
—Estás fuera de forma—le dijo entre risas Demian, viendo cómo Jacob se destartalaba de risa en un rincón, sin verse cansado ni en lo más mínimo.
Kathleen no respondió, si no que se concentró en mirar a Jacob y resoplar.
Pero Demian siguió riendo.
—¿…Por qué siempre os burláis todos de mi…?—dijo en tono cansado—<<¡Ya veréis que algún día lograré impresionaros!>>—pensó, se levantó y se dirigió hacia adentro.








Antes de llegar a la puerta, me topé con Elisea, quien me miraba interrogante.
—¿Ocurre algo?—pregunté.
—Oye, ¿me puedes mostrar esos frutos que le has dado a Neska?
—Creo que tengo algunos en el bolsillo—dije buscándolos—… Sí, aquí están.
Cuando le enseñé los frutos a la guerrera, lanzó una pequeña risita.
—¿En serio que le has dado eso? —rió— ¡Son fungis!
—¿Qué son qué? ¿Y qué le podré dar para alimentarla?
—No tienen nombre, o quizás tengan, pero todo el mundo les dice fungis. En cuanto a Neska, aunque no sea un tigre común, sigue teniendo sus cualidades, así que ve y caza tú un ave o algo así o deja que ella salga a cazar.
—Ah, genial. ¡Gracias!




Luego de esa tarde común y corriente, al cabo de unas horas comenzó a oscurecer. Estaba en lo que sería la sala de estar con Daniel, pero Lilly no estaba porque se había ido con Elisea y los demás (excepto Demian) a recorrer el bosque. Jacob no me dejó ir y tuvo que tener una escandalosa discusión con Elisea, en la cual Jacob salió ganando.
El caso es que no teníamos absolutamente nada que hacer.
Pronto se nos ocurrió…bueno… más bien a Daniel, ahora que no había ningún Jacob molesto que nos impida hacer magia, intentar ver sin arriesgarnos demasiado a hacer algún hechizo. El único inconveniente era que no conocía ninguno, salvo Daniel que estaba obsesionado con la saga de Harry Potter, pero le convencí que no serviría.
Demian, que había aparecido de repente en la sala, dijo que busquemos algún hechizo en el despacho de Jacob. ¡Semejante locura! Jacob se enteraría y quién sabe qué hará si descubre que fuimos nosotros... Debe de tener un instinto de Tronchatoro. Pues eso era lo que dijo Daniel, pero yo fui corriendo hacia la puerta del despacho de Mr. Gruñón y me encontré con que la puerta estaba abierta y la luz prendida. “Luz prendida” me refiero a los candelabros que se prenden con velas, ya que allí no existen aquellos avances que hay en el otro mundo.
Al entrar pude apreciar que el lugar estaba todo desordenado, libros por el suelo, papeles mal cuidados, amarillentos y rasgados, y una pequeña biblioteca en donde se guardaban diversos libros. También tenía un escritorio, una silla y una cama de madera que se quedaba en contra de la pared y colgaba del techo con unas cadenas. El espacio no era grande, de hecho era un poco pequeño. Parecía un camarote de barco pirata, solo le faltaba el ron. Sobre el escritorio, además de haber gran variedad de libros apilados, en el centro se encontraba un libro abierto bastante grande, lo cual me llamó la atención, por lo que fui y cerré el libro para ver la tapa. El título estaba escrito en latín. “Antharas Lithuaras” decía el título, así que lo abrí. En su interior estaba todo escrito en un idioma desconocido, pero se asemejaba al latín, aunque no estaba segura. Cada dos hojas había otro título extraño, la primera decía “Obiectum animationem”
—¡Demian!—grité— ¿Qué es esto?—Demian se acercó a la habitación junto a Daniel.
—No puedo entrar, Jacob se enteraría. ¿Qué dice?
“Obiectum…
—¡SHH!
—¿Qué?—pregunté confundida.
—Es un ritual de animación. Hay que elegir un objeto inanimado y de ahí le lanzas el hechizo.
—Vale, entendí.—busqué en la sala algún objeto, y lo primero que me llamó la atención fue una pequeña estatua de madera con forma de un monstruito, así que lo agarré y lo posé sobre una de mis manos— ¿Y ahora?
—Sólo dilo.
“Obiectum animationem”
Aquella marca de la estrella en mi mano brilló al cabo de unos segundos, soltando un tenue resplandor. Luego, la figurilla de madera comenzó a moverse, como si realmente tuviese vida propia. A continuación me miró y me soltó un bufido, seguido de esto salió corriendo, saltando de una manera impresionante los muebles y esquivando los libros.
—Madre mía…
—Impresionante, ¿no crees?—dijo Demian.
—Sí… ¡De verdad me ha gustado! ¿Qué más puedo hacer…?—dije entusiasmada, mirando las hojas.
—Tal vez la magia te parezca algo muy fácil y simple, pero en realidad es muy complicada, hay que saber usarla bien. Usa tu lógica y no hagas nada sin pensarlo antes.
—Oye…–dijo Daniel— Y, ¿por qué está todo escrito en otro idioma?
—Ese es el idioma latín. ¿No se lo han enseñado en la escuela?
—No, solo un poco de inglés y francés.—comenté— Espera… ¿cómo sabes de eso?
—¡Ya he ido a su mundo antes! He estado semanas inclusive.
—Pero, ¿no estaba prohibido?—dijo Daniel, desconfiado.
—Sí —rió— ¡Pero admítanlo, a veces es divertido romper las reglas!
No pude decir que no. Recordé cuando nos saltamos un castigo y nos escondimos en la azotea, ¡no hubo nada más satisfactorio que ver desde lo alto a la profesora corriendo como cabra!
Un rato después, Demian propuso salir—hablando de romper las reglas—, aunque Jacob no nos lo permitía antes. Pero, igualmente, Demian nos dio una recorrida por el bosque, enseñándonos varias cosas. Primero me mostró esa planta de “frutos” fungis que le había dado a Neska. Me explicó que en realidad eran hongos que tomaban la forma de cualquier fruto comestible. Al ingerirlos, además de que te da un “ataque” de locura, al día siguiente experimentas varios mareos.
Pobre Neska. La verdad es que es mi culpa.
Daniel iba realmente emocionado, preguntando sobre todo, incluso de lo que ya sabía. <<¿Qué es eso? ¿Se come? ¿Es mágico? ¿Por qué las plantas son verdes? Yo creo que  el azul les sentaría mejor.>>  ¡Y así por todos lados, y a cada segundo! Rato después decidimos ir por Neska. La fuimos a buscar y Demian comenzó a explicarme varias cosas sobre la tigresa.
—Neska será tu “fiel compañera” , y a menudo te ayudará en lo que pueda. Puedes montarla, te ayudará a pelear, cuidará de ti en caso de peligro y te amará igual que tu a ella.—dijo acariciándola— Pero es tu responsabilidad cuidar de ella en caso de que esté herida o algo por el estilo.
—Eso lo tengo claro—dije—, lo que no sé es si puedo entrenarla…
Daniel se encontraba en el pasto dormido, y un grillo le saltó a la cara. Sin embargo, no se inmutó y siguió durmiendo.
—¡Claro que puedes, preciosa!—respondió— Mejor si tienes ganas, pero luego de unas semanas ya te irritará entrenarla. ¡Lo digo por experiencia!
—C-Cállate.—gruñí por lo bajo. Qué gentuza— No me importa, no creo cansarme. 
Se escuchó un ruido de entre los árboles, cortando la charla. Al instante aparecieron Elisea, Jacob y Lilly. Por alguna razón faltaba Allison. Nadie tenía buena cara, y venían sin aliento.
—¿Y Allison?—saltó Demian.
—¡La perdimos!—gritó Lilly, desesperada—¡Vengan, hay que buscarla!
—¿¡Qué!?—se sobresaltó.
Todos entramos en pánico, excepto Jacob, que era el más calmado. Si hubiese sido otra persona quien se perdió, Elisea estaría más calmada, o al menos eso pienso. Pero al parecer Allison es gran amiga de ella.
Me subí al lomo de Neska, y me adelanté delante de todo junto a Jacob y Elisea. Corríamos lo más rápido que podíamos, y yo intentaba que Neska vaya a su ritmo, ya que la tigresa era más rápida. Cruzamos el bosque rápidamente y llegamos a lo que sería una pequeña aldea junto a un lago con una alberca, la cual no era muy pintoresca, que digamos, ya que las maderas estaban rotas. Una mujer joven, que seguramente rondaba los 22 años, vino a atendernos. Su cabello era completamente negro, lacio y apenas le llegaba a los hombros. Sus ojos eran celestes verdosos muy distinguidos y su piel era bastante blanca, pero sin llegar a lo vampiresco. Lucía un bonito vestido celeste con una capa marrón y no llevaba zapatos. Con una sonrisa amable—pero dudosa— nos dijo:
—¿Les puedo ofrecer algo?
—Hemos perdido a una chica de esta estatura—señaló una estatura un poco más alta que la de Demian, y este último rodó los ojos—, cabello largo y café igual que los ojos, con la piel tostada—dijo Elisea— ¿La han visto?
La joven se puso a pensar.
—No recuerdo haber visto a nadie así. Aquí todos somos muy pálidos, así que si estuvo por aquí la habría distinguido.
—¿Cómo te llamas?—le preguntó con voz seria Demian.
—Me llamo Alysse—respondió cortésmente— Si queréis, puedo ayudaros a buscar a esa chica. ¿Cómo es que se llama?
—Allison—dijo Jacob.
—Bueno, seguidme, por favor. Aquí al lado hay otra aldea, quizá la hayan visto.—su voz era muy dulce y suave, casi no se escuchaba.
La joven Alysse nos guió hacia otra aldea, preguntando a los guardias sobre si habían visto a Allison.
—Una chica con la piel más bronceada ¿eh? Creo haber visto a alguien así… ¿No crees?—le preguntó a su compañero.
—¡Sí! Pasó por aquí y preguntó si habían visto a una mujer rubia con armadura... igual a ti—le dijo a Elisea— y a otra chica y un chico. Y por cierto, era muy guapa.
—No hables de más.—se molestó Demian.
—¿A dónde se fue luego?—pregunté antes de que el guardia le agreda a Demian.
—Se fue hacia la alberca, luego perdimos la vista un segundo y desapareció.
Elisea puso una cara un tanto extraña. Parecía que algo no le encajaba del todo bien.



—Ya he hecho lo que me pediste. Si me disculpas, iré a mi habitación a... dormirdijo con una voz tenue y fantasmal.
—Cómo quieras.—bufó.
Fue a su habitación y se buscó una capa negra. Tenía una capucha y unos hilos con botones al final para amarrarla. Se la ató al cuello, arriba de un hermoso—y oscuro— vestido de encaje y terciopelo. Se dejó el cabello suelto, cayendo por su espalda, ya que su madre no la dejaba atárselo, y se dispuso a saltar por la ventana.

*              *              *  

<<Demonios…>> Se regañó a sí misma por tomar decisiones tan precipitadas. Levantándose temblorosamente, se tapó por completo con su capa y la capucha, y se dirigió tan rápido como pudo al sombrío bosque. Corrió hasta llegar un poco lejos, hacia aquel lugar al que iba cuando tenía la oportunidad. Allí nadie la podría encontrar, y al menos se olvidaba un poco de su verdadera vida. Si es que así se la podría llamar …
—Escapar de la realidad…—suspiró. Una lágrima oscura rodó por su mejilla izquierda, y luego otra blanquecina  por la derecha. Abrió los ojos y vio sus lágrimas, que corrían en una carrera por sus frías mejillas. Rápidamente tomó un pequeño frasco, lo abrió y dejó caer las dos lágrimas en el. Guardó su frasco en el escote y se sentó en un tronco, con la cabeza hacia abajo.
Pronto vio unos metros más adelante unas flores que lanzaban un destello. Se levantó y se dirigió hacia allí, curiosa. Cuando llegó, vio qué eran.
Flores de magia blanca, probablemente de los restos que quedaron de la antigua Reshia, cuando el mundo estaba en completa paz, o cuando  por lo menos no había guerras… Cautivada por su magia blanca y la belleza de la planta, acercó sus manos a ella, y recogió una de esas mágicas flores, las cuales la hipnotizaban de alguna manera.


Apenas hizo contacto con sus manos, la flor comenzó a tornarse gris, y luego negra delante de los aterrorizados ojos de la joven de los cabellos albinos. La planta terminó por marchitarse y hacerse polvo, mientras el gran valle de la misma especie se iba marchitando y llenando de magia oscura a la vez. La joven, ya no pudiendo resistir mucho más las ganas de soltar lágrimas que, a la vez, no podía derramar, salió corriendo encapuchada con la capa negra y se dirigió al castillo nuevamente.




—¿Qué pasa?—le preguntó Lilly.
—Todo esto es raro, ¿no creen?
—Ya lo creo. Vayamos a la alberca, nunca se sabe—dijo Jacob.
Y fuimos a la alberca. Tuvimos que esquivar varios agujeros que había hasta llegar a la punta.
—¡HABLANDO DE ROMA!—gritó Jacob, enfadado.
—¡Chicos!—gritó Allison— Aquí están por fin. Los esperé por horas, ¿a dónde se habían metido?
—¿¡Qué!? ¡Esa pregunta debería ser para ti!
—Claro que no, ¿acaso no recuerdan que les dije que estaría aquí?



—Iré a la alberca, les aviso. Vengan cuando terminen, ¡y no tarden mucho, por favor!
—…¿Y qué tal este?
—No… Ese es demasiado pequeño, y el mediano está sólo cinco monedas de plata, mientras que ese está 4. Nos conviene este.
—…
<<…No me escucharon…>>



Elisea, Jacob y Lilly comenzaron a toser y a reírse de una manera no muy convincente.
—Lo sentimos, es culpa de Jacob y Elisea.—dijo Lilly muy seria.
—¡Pero si tú también estabas!
—¿Por qué estás empapada?pregunté. Allison se encontraba mojada de pies a cabeza, y aún chorreaba agua de su largo cabello.
Se encogió de hombros, dirigiendo una mirada al paisaje.
—Hacía calor.
Lilly, Elisea, Demian y yo nos echamos a reír, lo que hizo que Allison se sonrojara y avergonzara un poco.
—Oigan—corté— ¿Y Daniel?




Bfmss… ehm…—de a poco iba espabilando— ¿Qué hago aquí? ¿Kath? ¿Demian?... Espera… ¿Qué es esto…? …—puso su mano en la cara, ya que algo le tapaba la vista.
>>…
>>…
>>—¡UN GRILLO!—chilló.

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¡Hola! Perdón por haber tardado tanto. ¿Cuánto pasó? ¿6 meses? Perdón, enserio D: . Espero que les haya gustado el capítulo. No publicaba por los exámenes, viajes, etc, etc. Y por falta de inspiración ;_;
El largo del capítulo me parece promedio, ya que son 10 páginas en Word, y cuando lo hago más largo suele ser de 14. Y este capítulo es medio "borrador" porque quizá le modifique algo luego, pero mínimas cosas como adjetivos y adverbios, nada más.
PD: Por cierrrto, que ya falta poco para Navidad ^^ espero la pasen bien y no tomen mucho(? Jajaja, a ver si me sale el capítulo 9 antes de las fiestas.
Muchísimas gracias por leerme ☺